El domingo me dio un ataque y monté un pequeño florero con módulos hechos de pairoflexia. Todo blanco y sus múltiples matices y tonos. Parece que el blanco no fuera un color y resulta que es la suma de todos, que curioso.
Todavía no he decidido si me gusta o no.
1 comentario:
¡pues a mí sí me gusta! muy japonés :)
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