Un gran icebergígneo se asoma por la izquierda del cuadro. El mar está tan quieto que apenas veo donde empieza la realidad y donde el reflejo, que es otra forma de realidad. El cielo está lleno de nubes y se funde con el mar, con el propio agua que llevan las nubes y el reflejo, de nuevo. ¿Que es real? ¿Que no lo es, si todo lo procesa nuestro cerebro? Oleo sobre tela. 24x35 cm.
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